Los logros en el futbol son el
resultado de un trabajo a largo plazo, de un proyecto que comienza por un
desarrollado trabajo en la formación de menores, traducido a logros en las
diferentes categorías juveniles, y seguido por una constante infusión de
juventud, picardía e irreverencia a la selección mayor. El claro ejemplo de
esto es Alemania, último campeón del mundo, y que seguramente seguirá siendo
por muchos años el mejor equipo del mundo, fruto de un trabajo de 10 años que comenzó
Jürgen Klinsmann y concluyó Joachim Löw.
Luego del fracaso de la Eurocopa
del 2004, Klinsmann asumió la dirección técnica de la selección de su país, con
Löw como su asistente técnico, y comenzó con una revolución en la manera de
jugar, dejando de lado la imagen que el mundo tenía de una Alemania que jugaba
a buscar a sus ´Panzers´, esos ‘9’ de área potentes y de buen juego aéreo, a
una selección que jugaba a ras de suelo, apelando a la inteligencia de los
medios centrales y la velocidad de sus extremos, y con un ´killer´ de siempre,
Miroslav Klose. Luego de desplegar gran futbol y adjudicarse el 3º puesto del
Mundial en su casa en el 2006, Klinsmann abandona el puesto y Löw toma la
posta, para continuar con un desarrollo futbolístico que a futuro aseguraba
triunfos y logros de gran magnitud.
En el 2009, una nueva raza
Alemana se dio a conocer tras alzar el trofeo de la Eurocopa Sub-21. Este
equipo lo conformaron jugadores que luego se afianzaron como titulares en el
mundial de Sudáfrica un año después. Con nombres como Neuer, Boateng, Khedira y
Özil llegaba el equipo titular de Alemania, sumándose a jugadores que
destacaban tanto en sus clubes como en la selección tales como Lahm,
Schweinsteiger y Podolski, además del eterno goleador Klose. Este equipo se
llevó el tercer lugar de nuevo, pero denotaban que estaban para logros mayores,
tenían sed de revancha y ganas de salir victoriosos, sumado a un juego
impecable en todas sus líneas que solo un guerrero histórico español de
frondosa cabellera logró vencer.
Alemania llego a Brasil con la
consigna de ser el equipo que mejor juego desplegaba, con solidez defensiva,
sumada a gran toque proporcionado por sus volantes y una característica
efectividad de sus delanteros. Con bajas, Alemania llegó a afrontar el Grupo G
y dispuesto a arrollar a quien se le pusiera al frente. Con la columna
vertebral del mundial de Sudáfrica (Neuer, Lahm, Schweinsteiger, Özil, Müller)
Alemania se plantó frente a Portugal, vapuleándolo con un contundente 4-0.
Luego los resultados llegaron por si solos, acompañados de un gran despliegue
futbolística de todo jugador que se calzara la camiseta blanca. Notoriamente,
el triunfo alemán no es algo que se dio de un día para el otro, no se le puede
llamar suerte ni fortuna, sino trabajo duro y parejo desde las divisiones
menores, quemando etapas, hasta la selección mayor.
Definitivamente, mi afirmación de
que Alemania es y seguirá siendo el mejor del mundo no es una hipótesis jalada
de los pelos o sin fundamento. Los ´teutones´ acaban de adjudicarse el título
del torneo Europeo u-21 del 2013 con jugadores que formaron parte del plantel
en el último mundial como Mustafi o Ginter. Además, la base de esta selección
seguirá siendo la misma para el próximo ya que la mayoría de jugadores llegaran
con 28 años, edad en la que se llega a la madurez futbolística. Aunque con
bajas como Lahm o Klose, que por edad se espera su retiro del equipo, de igual
manera se espera la aparición de nuevas estrellas que destaquen en los grandes
clubes alemanes y lleguen al equipo de todos. Nombres como Max Meyer, Leon
Groetzka, Marc-André Ter Stegen o Eric Drum son ejemplos de estos.
Alemania le dio vuelta a la
historia, luego de una metamorfosis total, con un técnico que captó en el
momento preciso que el futbol del futuro estaba destinado a jugarse de una
manera dinámica, donde la velocidad y el estado físico iban a predominar sobre
el talento. Jürgen Klinsmann tiene todo el mérito de este cambio, de convertir
a la selección con el juego más Europeo de todos los tiempos a la que tiene el
mejor estilo Sudamericano, de haberse adaptado a la realidad del futbol moderno
y que luego de una década de exposición de gran futbol logró su cometido y
puede llamarse ahora el tetracampeón del mundo, con el ‘Penta’ más cerca que
nunca gracias a su juego y desarrollo de menores.
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