Tomemos como ejemplo a Mario Yepes, el veterano
defensor central Colombiano. El espigado barbón es no solo el patrón de la zaga
colombiana, sino quién maneja plantel, el que levanta a sus compañeros cuando
estos tropiezan, aquel que si se equivoca se esfuerza el doble para corregir
este error. No encuentro otra razón por la cual José Néstor Pekerman mantuvo a
un jugador tan veterano dentro del plantel, más que decir que Yepes era el
técnico dentro del campo, el que mejor entendía lo que quería decir Pekerman y
el que tenía la experiencia y fuerza necesaria para hacer entrar en razón a sus
compañeros de equipo. Más allá de lo que jugó James Rodríguez y su influencia
en lo que a goles respecta, el jugador más importante para Pekerman y Colombia
siempre fue Yepes, y justificó su convocatoria y capitanía a sus 38 años
cumpliendo una gran labor.
Otro gran capitán es el Uruguayo Diego Lugano, también central. El rubio con cara de loco y cabellera despeinada, que va a todas, no da una bola por perdida y es el portador de la Garra Charrúa, fue el líder de una celeste que se levantó luego de una dolorosa derrota, y yo no dudo que mucha influencia fuera del campo tuvo este señor. Lugano, más allá de ‘guapear’ a quien pierda la atención en la marca o de levantar a quién se tumbe por fallar un gol, es la voz de Tabárez dentro, y a veces fuera, de la cancha. Es quien se encarga de llamar a sus compañeros previos a una convocatoria y preguntarles cómo se sienten, como les va en los entrenamientos, si tienen alguna molestia. Este mundial los minutos jugados por Lugano fueron similares a los que desempeño en la temporada Europea, muy pocos. Sin embargo, influenció y mucho en lo que respecta a la actitud del equipo y al manejo del camarín.
Finalmente, el tercer gran capitán que me dejó el
mundial es Rafael Márquez. Como opinión personal, el “Rafa” antes del mundial
era un jugador acabado, que no debía siquiera ser convocado a esta cita
mundialista. Sin embargo, luego de la fase de grupos y analizar el juego de la
selección Mexicana, concluí que estaba equivocado y que esta versión de Márquez
podía seguir aportando al Tri con entrega, salida, calidad y hasta goles. El
jugador con más mundiales como capitán, al igual que la selección mexicana en
general, llegaba subestimada y considerada como eliminada en fase de grupos.
Con el correr de los partidos el equipo del “Piojo” Herrera le cerró la boca a
propios y extraños, clasificando de manera genial y estando a 5 minutos de
hacer historia y llegar a Cuartos de Final. No hay duda que la presencia del
Rafa en esa línea de 3 que plantaba Herrera en el campo tuvo gran influencia en
el equipo en todo momento, permitiéndole a México regresar al país charro con
la frente en alto y el pecho inflado.
En la vida hay que ser positivos, pero no podemos
dejar de criticar los puntos negativos. Así como hubo grandes capitanes, hubo
otros que a mi parecer no tuvieron ni una pizca de influencia sobre sus equipos
ni fuera ni dentro del campo. El caso más resaltante y de consideración es
sinceramente Lionel Messi. Sigo sin entender la razón de Sabella para darle la
banda a Messi, banda que lleva grabado el nombre y apellido del real caudillo
de la Albiceleste, Javier Mascherano. Lionel Messi dentro de la cancha no da
confianza, muchas veces denota falta de entrega cuando la pelota no está en sus
pies, definitivamente no parece tener la actitud que requiere un capitán fuera
del campo. Y todo esto se vio claramente en la definición por penales contra
Holanda, donde el que hablaba en la reunión de equipo y motivaba a sus
compañeros era “El Jefecito”, el jugador con más carácter de toda la selección
argentina, el único que nos hace recordar a los grandes capitanes y caudillos
del pasado como Diego Simeone, Daniel Pasarella o Roberto Ayala. Criticable
labor de “La Pulga” Messi, que dejó mucho que desear como capitán, así como
dejó muchas dudas en el juego cuando el certamen entró a su recta final.
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