jueves, 7 de agosto de 2014

A ritmo del ‘Ras Tas Tas’

Se hace imposible para los verdaderos hinchas del buen fútbol Sudamericano, del futbol que caracteriza al continente, ese que engloba velocidad, regate, buena técnica, quimba e inclusive un poco de salsa, magnificando la calidad de sus individualidades dentro de un colectivo casi perfecto. Y el equipo Sudamericano que mejor baila en el verde es definitivamente la Selección Colombia. Un equipo que José Néstor Pekerman, con toda su sabiduría y sapiencia, supo tomar en un momento en el que una gran generación de futbolistas se encontraba en buen momento individual, potenciar a estas individualidades y culminar una gran eliminatoria con un gran juego y con el destape con la camiseta de la selección de jugadores como Juan Cuadrado y James Rodríguez.


José Néstor Pekerman agarró un equipo armado, sin embargo esto lo convertía en un fierro caliente, ya que por la calidad de sus jugadores se veían obligados a clasificar a la cita mundialista. Cuando parecía que Pekerman no podía hacer mucho con este equipo, más que ponerlos en la cancha a jugar, este le encontró la mano al plantel, repotenció jugadores y le imprimió a la Los Cafeteros una forma particular de jugar. Entre las características del juego de este equipo Colombiano destacaban la velocidad de sus laterales y extremos, el buen juego defensivo y de distribución de sus medios centrales, la solidez defensiva y la notoria efectividad de cualquier delantero que jugase. La columna vertebral de Colombia durante el certamen clasificatorio fue siempre la misma, Ospina-Yépes-Guarín-Cuadrado-Falcao. Esto definitivamente fue un aspecto positivo para emplear una manera de juego con sabrosura, que en el mundial se reflejó con la popularización del “Ras Tas Tas”.



Si bien llegó tocada a Brasil, con las lesiones de Radamel Falcao y Aldo Leao Ramírez, sumado a la suspensión de 2 fechas de Freddy Guarín, desde el primer partido contra Grecia demostró que su juego los podía llevar lejos en el Mundial, con la explosión un jovencito ‘10’ que ya había dado brochazos de buen fútbol en la Eliminatoria. Hablamos de James David Rodríguez Rubio, quien luego culminaría el certamen como goleador. El pico de rendimiento del equipo fue el partido contra Uruguay, con un destacado rendimiento de todo el plantel y dos sutiles pinturas del ya mencionado James. Colombia ilusionó a todo un país con su juego, su buen toque, su salsa y sus entusiastas celebraciones. Lamentablemente para quienes disfrutamos del buen juego, Brasil eliminó a una Colombia que se desconoció en el primer tiempo y que en el segundo, con la cancha totalmente inclinada en su contra, intentó por todos los medios llegar al empate, buscando rescatar un tiempo extra. James brilló tanto que no hizo extrañar a quien se veía como la figura colombiana en este mundial Radamel Falcao García, y guió a un gran equipo a los cuartos de final del torneo de selecciones más importantes del mundo.


Si bien no logró avanzar más y terminó su participación en Cuartos de Final, Colombia logró deslumbrar a propios y extraños con su juego, dejando a todos con ganas de ver más. Inevitable es preguntarnos si hubiera logrado un papel más digno que Brasil frente a Alemania en Semifinal, pero es algo que nadie nunca podrá saber. Soy hincha hasta la muerte de nuestra Blanquirroja, pero me confirmo como hincha del juego de la Selección Colombia. Si Colombia hubiera sido Argentina, definitivamente hubiera apoyado a Sudamérica.

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