Apareció en el 2002 con la camiseta verde y blanca del Sporting CP,
de su natal Portugal, con cara de niño, cuerpo de juvenil y pinta de crack.
Debutaba con el sueño de igualar a los más grandes del país luso como Eusebio,
Luis Figo o Rui Costa, quienes dejaron su marca en la retina de los fanáticos
futboleros. Nacido Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro en Madeira, pero es hoy
conocido por el mundo como “CR7”. Sin embargo, la carrera de Cristiano Ronaldo,
más allá de su conocida dedicación para el trabajo y la vida sana, tiene dos
etapas: Manchester United y Real Madrid.
La razón por la cual hablamos de estas dos etapas es su sorprendente
cambio de “mago” a “máquina”, específicamente a una máquina del gol. El
rendimiento de Cristiano cambió significativamente al cambiar de camiseta, y
las estadísticas comparativas son clara muestra de ello. Sin embargo, el fútbol
es un deporte en el que las estadísticas quedan en el olvido y prima la forma
de jugar en el ‘verde’. En Inglaterra era el “Bati-pibe”, era un jugador con
muchos argumentos por la banda, ganaba por velocidad, ganaba por técnica,
encaraba y siempre salía victorioso. El hincha iba a ver los lujos de
Cristiano, el heredero de la 7 de Beckham. Cuando llegó a España se volvió en “El
Comandante” y cambio gambetas de ensueño por goles, haciendo valer esa frase
infame que dice que “el gol siempre vale más”. Si bien nunca dejó de ser un “crack”,
cambió su influencia en el trámite del juego por su influencia en el marcador.
Como “Diablo Rojo”, Cristiano Ronaldo es más recordado por sus
destellos de habilidad y su manera de dejar rivales regados a lo largo del
campo que por su capacidad goleadora. La bicicleta, rabona, amagos con el taco,
elástica son solo algunos de los trucos del repertorio que desplegaba partido a
partido. Él era el diferente, no solo con respecto a goles, sino a la manera de
jugar. Con esto no quiero decir que no hacía goles… vaya que los hacía, sino es
solo cuestión de preguntarle a Helton. A lo que quiero llegar es que esa
versión de “Ronaldito” era más espectacular, hacía de los partidos del “ManU”
un show de magia y un tópico de cirugía, de todas las caderas dislocadas que
dejaba como consecuencia de un lujo. Con él en la cancha Old Trafford era de
verdad un “Teatro de Sueños”.
En la “Casa Blanca”, desde que llegó mostró cierto cambio en su
manera de jugar. Los lujos seguían ahí, pero eran cada vez menos, el objetivo
para él se fue volviendo el gol. Pero no solo eso, se fue transformando partido
a partido en el delantero perfecto. Defino delantero como aquel jugador que
siempre se encuentra bien posicionado en zona ofensiva para quedar a tiro de gol.
Esta versión del portugués tiene velocidad, potencia, remate de larga distancia,
juego aéreo y posicionamiento, que lo convierten en el “9” que todo técnico
quisiera tener. Si bien arranca desde la banda, su zona de mayor influencia es
el área rival. Las cifras no son poca cosa, ya que casi triplicó la cantidad de
goles que anotó con el “United” (302 vs 118) en la misma cantidad de partidos
(292).
En conclusión, si bien Cristiano Ronaldo sigue siendo una bestia
dentro del campo, su manera de jugar cambió significativamente, sin dejar de
ser siempre el jugador clave de su equipo. Por esto me quedo con la frase “cambio
de ser influyente en el desarrollo del juego para volverse influyente en el
resultado.
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