miércoles, 19 de agosto de 2015

El último diez


A inicios de este año se extinguió una raza de jugador única en el mundo, una que se ubicaba en una posición en la que son pocos los privilegiados que logran llegar, en la que no es necesario correr mucho para rendir sino pensar. Se extinguió, aunque no quiero pensar que para siempre, el grupo de aquellos que podían denominarse como ‘10’, ya que para el fútbol este no es un número cualquiera. El último ‘10’ fue un argentino medio jorobado y arrugadito, quien hace 19 años deslumbra al mundo, llamado Juan Román Riquelme.

El estereotipo de jugador que debe portar el dorsal #10 ha cambiado en los últimos años. Antes era aquel jugador en el que primaba la rapidez mental antes que la física, la calidad técnica antes que la dinámica, que flotaba en la zona ofensiva del campo siendo un imán para la pelota por lo cual no necesitaba correr mucho para aparecer por todo el campo, y que, sobre todo, podía hacer algo diferente e inesperado en la última zona de la cancha para el deleite de los hinchas. Actualmente, ese número se lo dan simplemente a quien se considera el mejor jugador del equipo. La realidad es que con el cambio de tanto alineaciones como tácticas en el fútbol moderno, en el cual la dinámica prima por sobre la técnica, los jugadores de esta estirpe han desaparecido.

Román siempre fue grande, en todos los clubes a los que llegó destacó y en más de una oportunidad puso a la tribuna de pie. Paseo su fútbol por grandes clubes como Villarreal o FC Barcelona. Pero, su paso más importante, en el cual dejó huella en el corazón y magia en la retina de todos los hinchas, fue Boca Juniors. El repertorio del “Topogigio” era completo, tenía de todo. Huachas, tacos, enganches, pase tanto en corto como largo, y una calidad magistral para pegarle a la pelota tanto en movimiento como a balón parado. No corría mucho, pero hacía correr la pelota como pocos, como un verdadero “10”.


Creo que el mundo extraña a aquellos magos que sin ser muy veloces o correr tramos largos podían descifrar la clave del partido y desequilibrar tanto en juego como en resultado. Jugadores como Maradona, Pelé, Zidane, Platini o Puskas son algunos de los que dejaron su huella en el Salón de la Fama del ‘Deporte Rey’ como grandes #10, todos de la misma estirpe que Román, con características de juego similares y siempre dispuestos a sacar un conejo de la galera para ganarse un aplauso.


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