jueves, 28 de mayo de 2015

Triple Celebración


Esta nueva final de UEFA Champions League nos deja una circunstancia insólita que coloca a ambos finalistas, Juventus y Barcelona, con opciones de alzarse con el Triplete en Berlín esta temporada, la cual no había sido vista desde la temporada 2009-10, cuando tanto el Internazionale de Milán como el Bayern Munich se encontraron en la misma situación en el mítico Santiago Bernabéu. En esa oportunidad, fue el equipo italiano, dirigido por Mourinho, quien se adjudicó tremendo logro.

Por su parte, la Juventus de Massimiliano Alegri ha logrado esta temporada lo que venía buscando desde la Era de Antonio Conte, demostrar en Europa lo que demuestra partido a partido en el Calcio. A inicios de temporada, solo el más acérrimo hincha confiaba al 100% en la Juventus como candidato para llegar a la final, y menos ganar el torneo más importante de Europa. Con una estructura de juego firme, con una defensa sólida, un mediocampo que maneja la rotación de la pelota a la perfección y una delantera letal, la Juve ha avanzado paso a paso en esta dura lucha, derrotando rivales uno por uno y demostrando su poderío en la cancha.

Con Buffón, Pirlo, Pogba y Tévez como los pilares de esta temporada, la “Vecchia Signora” expone el fútbol más bello de toda Italia, con un juego interesante con la pelota al suelo, rotando la pelota para poder hallar un espacio en ofensiva para encontrar libres a sus delanteros. Alegri le ha brindado a este equipo un equilibrio perfecto que se basa en defender el cero en su arco, y atacar de manera efectiva con sus múltiples opciones ofensivas. A su elaborado juego por el medio encabezado por Vidal y Pogba, se le suma un interesante recorrido por las bandas para buscar un centro que encuentre la cabeza de Llorente o Morata, los contragolpes liderados por un encendido Carlos Tévez, y una importante opción en los tiros libres con el mejor ejecutor del momento, Andrea Pirlo.

Lo que Alegri buscará de su equipo es neutralizar al tridente ofensivo catalán liderado por Messi, probablemente con una marca con jugadores veloces como Asamoah o Evra, y el medio campo que nutre a esta ofensiva con la importante labor trajinadora de Pogba junto a Vidal por delante de Pirlo, quien se enfoca más en la distribución de la pelota. Asimismo, buscará dañar la retaguardia catalana con Tévez, quien está en su mejor momento y maneja tanto el uno contra uno como las contras, al lado de Morata, quien demostró su valía ante el Real Madrid.

En la vereda de al frente nos encontramos con el FC Barcelona, que dirigido por Luis Enrique, ha sabido enfrentar momentos de adversidad en una temporada que a finales del 2014 parecía perdida para coronarse campeón de la Liga BBVA superando nuevamente a su clásico rival, el Real Madrid. Si bien aún no se alzan con la Copa del Rey, son finalistas y claros favoritos por encima del Athletic de Bilbao para hacerlo, dándole la posibilidad al club de lograr un nuevo triplete, como lo hizo en el 2009 bajo la batuta de Josep Guardiola. Sin embargo, este es un Barza diferente al de Guardiola, ya que prioriza el tránsito rápido y las ofensivas letales por encima de la posesión del balón, lo que se ve reflejado en las estadísticas de posesión en los partidos que, si bien aún le favorecen, no son tan apabullantes como los eran antes. Con esta ideología, lo que sí es apabullante son los resultados de los partidos.

Con un Mascherano más líder que nunca en la zaga, que se suma a un tridente ofensivo, conformado por Neymar y Luis Suárez junto a Messi, que ha llegado a comprenderse a la perfección, Luis Enrique ha sabido agarrarle la mano al plantel, modificar ligeramente la ideología de juego y con esto conseguir lo que los fanáticos culés le exigían, resultados. Este Barza, como todas las versiones del mismo en los últimos años, gira alrededor de lo que puede hacer Lionel Messi, que luego de un 2014 para el olvido, volvió a ser el mismo en el 2015 para guiar al Barza hasta instancias finales. El equipo aún elabora, toca bien por abajo, explota su juego por las bandas y sobre todo, genera conexiones entre esos tres diablos del frente de ataque para liquidar los partidos.
El Barza en esta final saldrá a buscar plasmar su idea de juego en el campo, independientemente de lo que plantee finalmente Alegri. Si bien dependerán mucho del desempeño de la “pulga”, primara la rotación de balón en la zona medular para movilizar a los contrarios con la idea que estos busquen huecos. Si los italianos salen con la idea de neutralizar solo a Messi, se llevarán una ingrata sorpresa ya que tanto el “Pistolero” como “Ney” pueden despertar con alguna genialidad que nos deje a los espectadores boquiabiertos.


En conclusión, este sábado 6 de junio, Europa y todo el mundo se paralizará a observar atentamente este choque de titanes que sin duda alguna será un gran espectáculo, con buen fútbol asegurado, emoción y esperemos que goles.

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