Esta nueva final de UEFA Champions League nos deja una circunstancia
insólita que coloca a ambos finalistas, Juventus y Barcelona, con opciones de
alzarse con el Triplete en Berlín esta temporada, la cual no había sido vista
desde la temporada 2009-10, cuando tanto el Internazionale de Milán como el
Bayern Munich se encontraron en la misma situación en el mítico Santiago
Bernabéu. En esa oportunidad, fue el equipo italiano, dirigido por Mourinho,
quien se adjudicó tremendo logro.
Por su parte, la Juventus de Massimiliano Alegri ha logrado esta
temporada lo que venía buscando desde la Era de Antonio Conte, demostrar en
Europa lo que demuestra partido a partido en el Calcio. A inicios de temporada,
solo el más acérrimo hincha confiaba al 100% en la Juventus como candidato para
llegar a la final, y menos ganar el torneo más importante de Europa. Con una
estructura de juego firme, con una defensa sólida, un mediocampo que maneja la
rotación de la pelota a la perfección y una delantera letal, la Juve ha
avanzado paso a paso en esta dura lucha, derrotando rivales uno por uno y
demostrando su poderío en la cancha.
Con Buffón, Pirlo, Pogba y Tévez como los pilares de esta temporada,
la “Vecchia Signora” expone el fútbol más bello de toda Italia, con un juego
interesante con la pelota al suelo, rotando la pelota para poder hallar un
espacio en ofensiva para encontrar libres a sus delanteros. Alegri le ha
brindado a este equipo un equilibrio perfecto que se basa en defender el cero
en su arco, y atacar de manera efectiva con sus múltiples opciones ofensivas. A
su elaborado juego por el medio encabezado por Vidal y Pogba, se le suma un
interesante recorrido por las bandas para buscar un centro que encuentre la
cabeza de Llorente o Morata, los contragolpes liderados por un encendido Carlos
Tévez, y una importante opción en los tiros libres con el mejor ejecutor del
momento, Andrea Pirlo.
Lo que Alegri buscará de su equipo es neutralizar al tridente
ofensivo catalán liderado por Messi, probablemente con una marca con jugadores
veloces como Asamoah o Evra, y el medio campo que nutre a esta ofensiva con la
importante labor trajinadora de Pogba junto a Vidal por delante de Pirlo, quien
se enfoca más en la distribución de la pelota. Asimismo, buscará dañar la
retaguardia catalana con Tévez, quien está en su mejor momento y maneja tanto
el uno contra uno como las contras, al lado de Morata, quien demostró su valía
ante el Real Madrid.
En la vereda de al frente nos encontramos con el FC Barcelona, que
dirigido por Luis Enrique, ha sabido enfrentar momentos de adversidad en una
temporada que a finales del 2014 parecía perdida para coronarse campeón de la
Liga BBVA superando nuevamente a su clásico rival, el Real Madrid. Si bien aún
no se alzan con la Copa del Rey, son finalistas y claros favoritos por encima
del Athletic de Bilbao para hacerlo, dándole la posibilidad al club de lograr
un nuevo triplete, como lo hizo en el 2009 bajo la batuta de Josep Guardiola.
Sin embargo, este es un Barza diferente al de Guardiola, ya que prioriza el
tránsito rápido y las ofensivas letales por encima de la posesión del balón, lo
que se ve reflejado en las estadísticas de posesión en los partidos que, si
bien aún le favorecen, no son tan apabullantes como los eran antes. Con esta ideología,
lo que sí es apabullante son los resultados de los partidos.
Con un Mascherano más líder que nunca en la zaga, que se suma a un
tridente ofensivo, conformado por Neymar y Luis Suárez junto a Messi, que ha
llegado a comprenderse a la perfección, Luis Enrique ha sabido agarrarle la
mano al plantel, modificar ligeramente la ideología de juego y con esto
conseguir lo que los fanáticos culés le exigían, resultados. Este Barza, como
todas las versiones del mismo en los últimos años, gira alrededor de lo que
puede hacer Lionel Messi, que luego de un 2014 para el olvido, volvió a ser el
mismo en el 2015 para guiar al Barza hasta instancias finales. El equipo aún
elabora, toca bien por abajo, explota su juego por las bandas y sobre todo,
genera conexiones entre esos tres diablos del frente de ataque para liquidar
los partidos.
El Barza en esta final saldrá a buscar plasmar su idea de juego en
el campo, independientemente de lo que plantee finalmente Alegri. Si bien
dependerán mucho del desempeño de la “pulga”, primara la rotación de balón en
la zona medular para movilizar a los contrarios con la idea que estos busquen
huecos. Si los italianos salen con la idea de neutralizar solo a Messi, se
llevarán una ingrata sorpresa ya que tanto el “Pistolero” como “Ney” pueden
despertar con alguna genialidad que nos deje a los espectadores boquiabiertos.
En conclusión, este sábado 6 de junio, Europa y todo el mundo se
paralizará a observar atentamente este choque de titanes que sin duda alguna
será un gran espectáculo, con buen fútbol asegurado, emoción y esperemos que
goles.
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